El acné se suele asociar con piel grasa o poros obstruidos, pero cualquier tipo de piel puede experimentar esta afección. El acné puede variar, desde pequeñas manchas de piel roja con pequeñas protuberancias, hasta quistes grandes, dolorosos, con pústulas y cicatrizantes, por lo cual el tratamiento también varía.
Cuando el acné es evaluado por un profesional de la salud, se determinan causas, desencadenantes y evaluación del tipo de ruptura, para luego crear un tratamiento personalizado y a medida que ayuda a proporcionar una piel de aspecto más vibrante.
A continuación, te damos a conocer seis de las posibles causas y desencadenantes del acné:
Genética: Los genes aumentan nuestras posibilidades desarrollar acné, estos modifican la fisiología de la piel, para ser más sensible a las hormonas y pueden influir en la respuesta inflamatoria. Debido a estos factores genéticos algunos tienen acné y otros no, incluso con un estilo de vida y una dieta idéntica.
Hormonas: La glándula sebácea es muy sensible a los cambios hormonales, especialmente con la testosterona. Un momento notable en el que los niveles hormonales suelen cambiar es durante la pubertad, pero también puede ocurrir en las mujeres durante los ciclos menstruales y el embarazo.
Estrés: Un estado que provoca la estimulación suprarrenal que eleva los niveles de testosterona y de cortisol. Este aumento de los niveles hormonales también aumenta la actividad sebácea.
Cosméticos: Algunos cosméticos de uso frecuente para el cabello o el rosto, son productos que contienen fragancias que pueden provocar reacciones de contacto, conduciendo al desarrollo de acné, ya que pueden provocar irritación en el revestimiento del folículo.
Medio ambiente: Los rayos ultravioletas, el clima y la contaminación pueden influir en la producción de acné. Algunas personas con acné pueden notar un empeoramiento de su acné en el calor y la humedad del verano.
Dieta: los estudios han demostrado que los productos lácteos y los alimentos con alto índice glucémico pueden estar relacionados con la producción de acné y pueden desencadenar fluctuaciones hormonales. Los alimentos con alto índice glucémico se han relacionado con el aumento de la insulina que, a su vez, aumenta los andrógenos, específicamente la testosterona, que podría causar o empeorar el acné.
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